Bienvenido

30 jun 2008

¡El día se ha salvado del diluvio!


Ojo de sirena en días de guerra,
caprichosos corales de nostalgia,
quieto mar en sabia espera
reposa su experiencia de milenios
entregado a meditar en vuelo

Armonía del mundo luz violeta
desciende en las alas de Pegaso
Gotas de paz escritas por melíferos
diluyen la revuelta del acuático.

Mirada plata del reloj de arena
ordena por minutos la marea
repican los tambores de emisarios.
¡El día se ha salvado del diluvio!
Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados

Rayuela de cristal

Una mano atravesó mi pecho,
cruzó la tierra,
fundió el dolor,
partió mi canto lírico
en cuatro versos negros.


Jugó mi niña
una rayuela de cristal
Ganó su suerte:
“el cielo”
y apostando una moneda
abrió sus manos
para encontrar de nuevo
un diamante de ilusión.

Bajó una estrella
a mis ojos apagados.
Brilló otro día
y la sorpresa de la luz
se acostumbró al milagro.



He venido


He venido
a compartir tu lecho
a renunciar al pacto de abstinencia.

He venido
a recobrar mi hambre
de besos conversados con la noche
de prácticas acróbatas
amaneciendo
en ti
en tu laguna bruja.

He venido
a rescatar mi huella
en tu perenne fuente de milagros.

He venido
a colorear tu cuadro
a recorrer balcones de inocencia
en tu vientre azucena
perpetuándome
en ti
en tu fecunda huerta.




26 jun 2008


Sólo tengo para darte
lo que soy y lo que he sido
no preguntes del pasado
él, está en otro camino.

Yo soy una rosa blanca
frágil, tierna conmovida
un pimpollo en la mañana
una flor que se ilumina
con tu sonrisa de estrellas
que desde lejos me envías.

La distancia no se anima
a poner fin al camino
ella cree que el espacio
no tiene ningún sentido.

El espacio que se extiende
entre tu vida y la mía
no quiere que esto se pierda
porque es cómplice mío.

Sólo tengo para darte
los sones de mis clarines
que sonarán en la aurora
anunciando que has venido.

Con las campanas al viento
compondrán la sinfonía
de dos amores que encuentran
lo que creían perdido.

Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados.




PARAISO PERDIDO

Siembra oculta de los magos
interpretando canciones de magnolias.
Sale la luz del encendido rojo
a buscarte en la tierra de los brujos.

Pide a tu cruz de plata que se oculte,
no vendrán los fantasmas a tu casa.

Han olvidado tu presencia etérea,
los dejaste sin sombras de mañanas.
Se han ido todos al mundo de las odas
a cantar canciones que tú ignoras.

Pide tu voz de arco iris a la lluvia,
grita tu nombre, llora tu pena,
Abraza al sol desesperado
quémate en el vicioso lobo del desierto.