Bienvenido

15 nov 2009

Bórdame de besos

Siémbrame de mieles en tus ratos libres
siémbrame la espalda con tus manos tibias
déjame inspirarte
déjame tomarte
cuando mis montículos agiten sus brotes
y mi enredadera queme sus hilachas

Siempre que te turbe la sangre en tu río
deja que se calme en mis brazos tibios
cólmame de frutos
cólmame de arrojo
verás que tu suelo se eleva desnudo
gozando del viaje que yo te procuro

Bórdame de besos todos los diseños
no apartes tus labios de mi piel de fuego
líbame mi néctar
líbame mi sal
consúmeme el cielo que has bordado ya
transfiere mi alma a la eternidad



Beatriz Ojeda
Copyright 2008
Derechos reservados

4 may 2009

La vida pasa caminando




Parto hoy a mi retiro de confianza.
En el silencio de la noche
la luna me conduce al infinito.
Silba la Madre Tierra su victoria
porque mis pies cansados
se han quedado dormidos.
Más no será su suerte
apoderarse de mi cuerpo
no retendrá mi vuelo
con su presente mirada deslucida


Las golondrinas de mi estancia
se volverán un sol de vida
y las alondras que me pueblan
entonarán un himno de victoria
He de salir con mis antojos
mis ideales, mi alegría
a liderar otros caminos peregrinos


Y Dios no espera nunca
a los parásitos dormidos
Es un instante de conciencia liberada
acomodar mis flores entonadas
en cien colores de impaciencia
porque la vida pasa caminando
sin detenerse un poco.


Y si me tienta el viento
consagro su beso hospitalario
con un intenso fuego deslumbrado
He de salir con mi pollera abanderada
a pregonar mi viejo salmo
el que recorre las plazuelas de la historia
con su lengua sagrada


Y mi Yo Soy enriquecido
ha de surgir de pronto
para cantar la partitura glamorosa
de mis años eufóricos
con mis guerreros lúcidos
aguijoneados por la riqueza de servir


Y no serán los perros quienes muerdan
mis cicatrices rojas
porque no tengo tiempo para darles
un momento de gloria.


He de partir con mis proyectos
mis reforzados sueños
con una luz en mi corona
que ilumine el sendero áurico
con una flor en mi cabello
y con los pies desnudos
he de bailar mi danza más pletórica













Parirme hasta morirme

Parirme hasta morirme


Salgo contando mis pasos
de a uno
de a uno en uno reúno
mi destino conspirado
y recorriendo la plaza
vuelvo despierta al inicio


Del principio al final
paso por paso
reconozco que soy
una nostalgia vieja
sin una sola rosa enamorada
así sin nada
llego al final de mí
de mi harapienta pena repetida


Vuelvo del soñar a la alameda real
donde no existe el hoy
sólo un pedazo de ilusión
apenas dos centímetros
cortados con dolor
desde el instante inútil de parirme


Parirme para qué
si no he tenido
sol
ni luna
ni una estrella desmañada
que indague mi existencia


Y desde aquí
desde esta soledad tan transparente
he estado repitiendo mi destino
caminando este círculo
que me lleva y me trae
al instante
de parirme hasta morirme







Beatriz Ojeda
Derechos Reservados








7 feb 2009

Aurora

Aurora

Aurora, estás dormida.
¡Despiértate!
Serás un resplandor
para el que tiene el alma blanca
para el que vuela lejos
y porta en su cartera
una medalla mágica.

Serás una quimera
para otros
los que arrastran los pies
sobre la vida
desnudos de confianza
prisioneros en sombra

Serás esta mañana
un ojo abierto
apenas uno
para el que sueña a veces
con un pronto
un puede ser
o un día volverán las golondrinas.

Y serás una cantata
confirmada
en el pecho de aquellos
que se aferran
a tus ojos abiertos
apostando a otro día
otro día más
de vida permitida.


2
Aurora

Aurora
ahora que estás plena
regálame
una promesa de jazmines enlazados
y déjame volar con su perfume
hasta mañana
cuando renueve mi contrato

acude a mi llamado
en do
en mi
en tres bemoles incitantes
respira en mi canción un trébol cuatro hojas
publicando
en mi página tus secretos radiantes




aparta de mí la oscuridad
no le permitas traspasar el muro
dile que las Gracias no están cerca
que las busquen en el patio de las trampas
allí donde concurren a tejer
las telarañas traicioneras
con antifaz de dicha

deja en mi frente un beso inédito
enséñame a escribir
con tinta mágica
las notas que se ajusten a mi tono
a mi verbo profundo
el que despliegue en mi
el timbre eterno del comienzo.










4 feb 2009

Sr PRESIDENTE

SR. PRESIDENTE



Es veneno el cigarrillo PRESIDENTE
No es veneno acostarse con el "hambre"
Hoy decreta no fumar en los recintos,
pero no decreta pan para los pobres.

Me maté trabajando noche y día.
puse en ello mi energía y mi esperanza
y mis hijos estudiaron sus carreras
esperando un futuro que no llega.

Me pregunto que ha pasado con mi sueño
el que tuve en caminatas sin descanso
con mi vientre anidando una promesa
esperando ver la hora del ascenso.


Hoy yo miro con tristeza mi pasado
se repite en el presente su calvario.
Los muy ricos están siempre bien parados
y los pobres siguen siendo sometidos

Son tan grises estas calles de recuerdos
no hay sonrisas en las bocas de uruguayos
y te animan un instante la mañana
guitarristas con su canto de centavos.

Pobres todos nos prestamos un mendrugo
para darnos un abrazo solidario

Es preciso que le diga PRESIDENTE
que yo un día caminé con " su bandera",
tres colores nos llevaban como a niños
que se ríen con las bocas del payaso.

Y si el Hombre de bigote sonriente
estuviera respirando en esta tierra
es seguro que se iría avergonzado
triste y solo se iría, como Artigas

Es veneno no tener una esperanza
es veneno que los jóvenes caminen
como sombras de fantasmas sin estima.

Es veneno que los hijos nos pregunten
¿Dónde está la justicia prometida
o el salario que levante mi autoestima?.

Y aquí estoy gritando en cada esquina
me devuelvan mi sonrisa de creencia.

Es aullido lo que tengo en mi garganta
es dolor que retuerce mis entrañas
es lamento de violines Zitarroza
lo que acuna mis mañanas y mis noches.

¡Ay Paisito! qué tristeza la pobreza.
No se duerma tranquilo Don Alfredo
cante usted para mi su gran Adagio
y quizás pueda yo seguir soñando.

Se desgranan por mi pecho los pedazos
de nostálgicos momentos de ilusión
y las voces de aquellos que se fueron
quedarán impregnando las veredas.

No hay respuesta a las madres que lloramos
Nadie ha visto cuánta pena hay en la casa
qué silencio habita nuestras bocas .
¡Cómo grita nuestra bestia embravecida!
cuando vemos la mirada de vencidos
en los ojos de los hijos que parimos.