Bienvenido

14 may 2011

PASION ETERNA

Viajé hasta el barroso tiempo de los pájaros negros

hasta la isla gris de los amargos párpados

hasta la sociedad de los arpegios rotos

hasta la hibernación de la palabra ajada.



Allí no he percibido tu gozo deslumbrado

ni tu esquina piadosa arropada con ansias

colibrí de esta tierra enamorada y casta

conjuga tú mi verbo de exaltación al alba.



Aquí en la humilde casa de la rosa de nata

habita la presencia de una nueva jornada

blanca como la nieve que en la montaña baila

para que tú te quedes conmigo y no te vayas.



Acariciaré tus manos perdidas en la noche

desarrugaré tu frente con mis besos santos

dibujaré en tu sonrisa una azucena albina

veré brillar tus ojos en el viejo santuario.





Beberé tus palabras amorosas de antaño

inundaré mi pecho con tus latidos majos

y clavaré mis uñas en mis palmas sedientas

cuando la lluvia fresca de tus besos me invada.



Iniciaré una danza en pentagrama ecléctico

asociaré tus lazos de jubilosos trazos

y envolveré en el limbo de los grandes amantes

dos almas que aprendieron a revivir las llamas

de la pasión eterna conjugada en distancia.


BEATRIZ OJEDA

UNA MUJER EMBARAZADA



UNA MUJER EMBARAZADA



Mujer ya vienes danzando con tu vientre rebosado,

tu cara tiene ilusiones, tu voz, ternura bondad

y las estrellas te envidian, cuando te ven caminar.

Aunque tienes el cansancio en tu lento desplazar,

tienes toda la belleza de una mujer magistral.

Corazón con vuelo nuevo

una luz en tu esperar,

te acompañan las guirnaldas que los ángeles te dan.

Desde el templo del sembrado, tu semilla crecerá

para decir que pudiste una vida procrear.

Bajo tus manos palpita el corazón que vendrá

a enlazarse con el tuyo en pocos meses no más.

¿Qué luna te está mirando?

¿Qué lucero estrenará?

la campana que despierte al mundo por ser mamá.

Cuando veas sus manitas, sus ojitos de cristal,

sentirás que no hay tristeza nunca más en tu pasar.



BEATRIZ OJEDA

5 may 2011

HERIDO CORAZON



Herido el corazón por dos tijeras

surtía de color la tierra negra.

brotaba su caudal con desespero

luchando por callar su desconsuelo.



Tenía sus dos manos en el hueco

inhabitado ya de su sentencia.

Apresaba a la muerte en su trinchera

conteniendo el aliento con esmero.



Hilado rojo su tejido nuevo

parapetado en su pecho seco

hilado que atrapaba su esperanza

de continuar latiendo aunque esté ausente



El hombre miró al cielo conjugando

un verbo nuevo que escolte su quimera

vivir un tiempo más sin corazón

pero vivir al fin otro momento.



Es ése su deseo pordiosero

su libertad de pájaro jilguero

escrita en la ventana del silencio

colgando un corazón que va muriendo.












31 mar 2011

YO VIVI LA DICTADURA EN URUGUAY


La dictadura cívico-militar uruguaya se extendió entre el 27 de junio de 1973 y el 28 de febrero de 1985. Fue un período durante el cual Uruguay fue regido por un gobierno cívico-militar no ceñido a la Constitución y surgido tras el Golpe de Estado del 27 de junio de 1973. Dicho período estuvo marcado por la prohibición de los partidos políticos, la ilegalización de los sindicatos y medios de prensa, y la persecución, encarcelamiento y asesinato de opositores al régimen








Vinieron por nosotros con su uniforme verde



sus metralletas listas a disparar sin freno.

Derrumbaron la puerta / destrozaron los muebles.

Nos golpearon con saña hasta dejarnos ciegos

de tanta sangre roja que vertía nuestro miedo.

Nos llevaron atados / patearon nuestro vientre

muchas embarazadas se vaciaron de sueños.

El submarino fétido / la picana angurrienta

los perros sanguinarios y la tortura eterna.

El grito que perturba todo el tiempo escuchado

por los parlantes socios de esa turba de bárbaros.

Violaron a los hombres / violaron las mujeres

les robaron los hijos / las mataron de a poco

entre risas y escarnio nos dejaron sin duendes.

Desgarrados / quebrados / algunos han partido

a contarle a los ángeles qué es la DICTADURA.

Así por muchos años vivimos la tormenta.

Algunos resistimos / algunos no pudieron.

Sombras viejas perversas persiguen nuestros sueños

ya nunca extirparemos la sombra de sus rostros.

Esos monstruos habitan entre todos nosotros

y el mundo sigue andando sin saber que despojos

han quedado prendidos en nuestra alma indómita.

No me digan que hablo de la guerra y el odio

y no sé qué es la muerte en esos calabozos.

No me digan que el Hombre es un ser respetuoso

si yo he visto la carne de mis viejos amigos

lacerados con saña y colgando de un garfio.

Es la guerra tan pérfida como el tirano inicuo

todo huele a despojo y a poderes impropios.

No me pidan que calle porque yo soy poeta

y sólo corresponde crear versos anémicos.




BEATRIZ OJEDA
Derechos Reservados

20 mar 2011

BASTA DE GUERRAS INVENTADAS



He escrito este poema en protesta por el ataque norteamericano a LIBIA.


No he podido quedarme en silencio ante tanto despotismo.

Siempre el omnipotente queriendo apoderarse de lo ajeno sin importarle nada

sólo obtener el objeto que han rastreado para su propio enriquecimiento






imperialista ignominioso

te has condenado al más atroz de los destinos.

Tienes tus manos llenas de sangre

de inocentes ojazos

sorprendidos

antes de ver la lluvia de la muerte

destrozar sus latidos.

Se desgaja tu frente

se calcina tu alma

en esta guerra impropia

gestada en tu avaricia con diploma.

Y tus manos huesudas

como la misma parca

recorren todo el mundo

en busca de tesoros que no te corresponden.

Llora el niño y su madre

abrazados

sin nombre

porque tú no lo sabes ni te importa saberlo

que son ellos humanos

inocentes de todo.

Qué te importa el camino

que recorran tus tropas

tus misiles cargados son emblema de apegos

por el oro divino negro oro que hurtas

porque portas la antorcha

de artimañas hipócritas.

Pero el tiempo se acaba desdichado falsario

todo vuelve a su origen

todo tiene retorno

y serán mil millones de fantasmas grisáceos

que te horaden los ojos

con cuchillas sagradas.

Tú te sientes soberbio soberano implacable

y te frotas las manos por tu triunfo inhumano

Se desgarra mi pecho

del dolor que me invade

porque sigues entrando en la casa del otro

sin que nadie te corte

tus impulsos ególatras

Y me llueven los ojos con millares de lágrimas

cuando siento en mi alma

el sufrir que tu causas con tus viles metrallas.

Hay un niño en mi puerta

que me mira sin ojos

porque ya se ha perdido

hasta el último asombro.