9 feb 2013
CORAZON DE LOBA
CORAZÓN DE LOBA
Corazón salvaje.
Ilustre resplandor convertido en pasión.
Pasa la brisa entre los labios
los eriza l
los acecha
los pone en el tributo de los ecos
cuando llega la alquimia.
Puente de fiesta en el conjuro de la noche.
Pasa el amor radiante y pleno.
Conserva entre sus alas el recuerdo.
Húmedo vuelo que pernocta entre las sábanas airosas.
Lumbre que hospeda un corazón de loba.
Agreste
incierta
misión confiada al instinto primitivo.
Voraz efluvio del amor que inicia una emoción sin freno.
Boca de fuego. Boca que exprime el elixir supremo.
Una explosión. El sol fundiendo la razón y el juego.
Cuerpos que flotan en el cielo.
Diapasón que sonó vuelta al sosiego.
BEATRIZ OJEDA
DERECHOS RESERVADOS
23 dic 2012
CORAZÓN, NO CORRAS
CORAZON…NO
CORRAS
Corazón…
no corras
Tiene
alitas tiernas la esperanza magna
Unas
voces nuevas entonan tu nana
para
que florezcan en tu nido blando
azucenas
líricas celebrando el alba.
Teje
con tus hilos amores suntuosos
píntale
un encanto florece ventanas
y
viaja sin prisa con burbujas áureas
por
el paraíso de los alumbrados.
Corazón…no
corras
Estás
tan cansado de coser fracasos
de
bailar sin sones y enfrentar batallas
Quedas
esperando que el viento viajero
se
lleve tu traje de precintos pardos.
Bebe
de la fuente la gota sagrada
alivia
tus penas con vinos del mago
que
trae en su alforja risas y plegarias
para
que comiences a vivir liviano
Corazón…no
corras
En
la esquina el cielo te presta su casa
esparce
luceros titilando gracias
y
escribe en tus alas que está permitido
liderar
el juego de los atrevidos.
Quítate
las cuerdas de recuerdos vanos
no
ves que la vida camina muy rápido
y
viene la reina del palacio avaro
con
sus manos listas a abrazar tu paso.
Corazón…no
corras
Detente
un momento recoge tus sueños
renuncia
al perímetro de los que se amparan
tras
muros de hielo forjados con duelo
inmersos
en viejos amores frustrados
Dibuja
una espada de amor infinito
que
luzca en sus bordes el grito de auxilio
logrando
que el éxtasis forme un abanico
de
luces pintando tu amor desteñido.
Corazón…no
corras
Hay
tantos delfines cantando en la playa
tantas
sirenitas buscando una llave
que
reanime amores en la casa blanca
donde
vive el dueño de pasiones mágicas.
Busca
tu alma inquieta…reclama tu salmo.
DIOS NO ESPERA NUNCA A LOS PARÁSITOS
DIOS NO ESPERA NUNCA A LOS PARÁSITOS
Parto hoy a mi retiro de confianza.
En el silencio de la noche
la luna me conduce al infinito.
Silba la Madre Tierra su victoria
porque mis pies cansados
se han quedado dormidos.
Más no será su suerte
apoderarse de mi cuerpo.
No retendrá mi vuelo
con su presente mirada deslucida.
Las golondrinas de mi estancia
se volverán un sol de vida
y las alondras que me pueblan
entonarán un himno de victoria.
He de salir con mis antojos
mis ideales
mi alegría
a liderar otros caminos peregrinos.
Y Dios no espera nunca
a los parásitos apáticos.
Es un instante de conciencia liberada
acomodar mis flores entonadas
en cien colores de impaciencia
porque la vida pasa caminando
sin detenerse un poco.
Y si me tienta el viento
consagro su beso hospitalario
con un intenso fuego deslumbrado.
He de salir con mi pollera abanderada
a pregonar mi viejo salmo
el que recorre las plazuelas de la historia
con su lengua sagrada.
Y mi Yo Soy enriquecido
ha de surgir de pronto
para cantar la partitura glamorosa
de mis años eufóricos
con mis guerreros lúcidos
aguijoneados por la riqueza de servir.
Y no serán los perros quienes muerdan
mis cicatrices rojas
porque no tengo tiempo para darles
un momento de gloria.
He de partir con mis proyectos
mis reforzados sueños
con una luz en mi corona
que ilumine el sendero áurico
con una flor en mi cabello
y con los pies desnudos
he de bailar mi danza más pletórica.
BEATRIZ OJEDA
DERECHOS RESERVADOS
10 dic 2012
10 nov 2012
AZUL COMO TU VIDA
AZUL COMO TU VIDA
Era la tarde azul
y era una fiesta eterna
caminar a tu lado plena de primaveras.
Como una golondrina
volabas por la vida
quedándote unos días en mis brazos vencida.
A veces te ausentabas con tus alas inmensas
y mirabas al mundo desde otra perspectiva.
Era tu alma azul
como un límpido cielo.
Invocabas al genio para cantar tus sueños
y eras un haz de luz
que cegaba los ojos de aquellos que vivían
reptando a ras del suelo.
Vivías aspirando los aromas profundos
que elevaban tus plumas a universos divinos.
Eras una sorpresa que animaba mis días
un libro de diademas gestado en tu osadía.
Hoy eres el recuerdo de aquella golondrina
te fuiste en primavera
dejándome una tarde
azul como tu vida.
Beatriz Ojeda
Derechos Reservados
Suscribirse a:
Entradas (Atom)