VEN JINETE A SALVARME
Estoy aquí esperándote
en esta tierra gélida.
Sin voz
sin luz
sin hambre
Apenas un suspiro
se escapa de mis labios.
He querido salir de mi cuerpo
sin lágrimas
y encontrar una risa que avive mis
andanzas
Mas el frío que acuna mi vida
solitaria
ha dejado las huellas de mi sendero
infausto.
Nadie sabe que el hielo de mi alma
agotada
ha tomado mi piel
mis huesos
mi sustancia
y ya no espero sueños que iluminen mi
estancia
Estoy rendida a ti jinete de azabache
ya te veo venir en tu caballo raudo.
Llévame contigo
a descansar de vida
esta vida que ríe en mis espaldas
blancas
como la nieve blanca
se incrustó en mis entrañas
Todo ha sido un invento un cuento una
fanfarria
Se escapó un mirlo muerto
de mi pecho sediento.
Ven jinete a salvarme de mi dolor
añejo
mi alma está maltrecha de esperar
tiempos nuevos
y mis huesos quebrados no quieren más
tormentos.
Y pon en mi epitafio
“Aquí estuvo una dama que olvidó su anhelos”
Beatriz Ojeda
Derechos Reservados
2016