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7 jun 2012

DIOS NO ESPERA NUNCA A LOS PARÁSITOS

Parto hoy a mi retiro de confianza.
En el silencio de la noche
la luna me conduce al infinito.
Silba la Madre Tierra su victoria
porque mis pies cansados
se han quedado dormidos.
Más no será su suerte
apoderarse de mi cuerpo
no retendrá mi vuelo
con su presente mirada deslucida


Las golondrinas de mi estancia
se volverán un sol de vida
y las alondras que me pueblan
entonarán un himno de victoria
He de salir con mis antojos
mis ideales, mi alegría
a liderar otros caminos peregrinos


Y Dios no espera nunca
a los parásitos dormidos
Es un instante de conciencia liberada
acomodar mis flores entonadas
en cien colores de impaciencia
porque la vida pasa caminando
sin detenerse un poco.


Y si me tienta el viento
consagro su beso hospitalario
con un intenso fuego deslumbrado
He de salir con mi pollera abanderada
a pregonar mi viejo salmo
el que recorre las plazuelas de la historia
con su lengua sagrada


Y mi Yo Soy enriquecido
ha de surgir de pronto
para cantar la partitura glamorosa
de mis años eufóricos
con mis guerreros lúcidos
aguijoneados por la riqueza de servir


Y no serán los perros quienes muerdan
mis cicatrices rojas
porque no tengo tiempo para darles
un momento de gloria.


He de partir con mis proyectos
mis reforzados sueños
con una luz en mi corona
que ilumine el sendero áurico
con una flor en mi cabello
y con los pies desnudos
he de bailar mi danza más pletórica


SOCIEDAD VENEZOLANA


2 comentarios:

Unknown dijo...

merece mi más eufórico alauso querida Beatriz!! partirás digna y plena . Hermoso versos ¡que gusto leerlos! un abrazo!

Beatriz Ojeda dijo...

MUCHAS GRACIAS QUERIDA MARIA SUSANA
ESO ESPERO
MIL BESOS DE LUZ