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14 ene 2011

RAYUELA DE CRISTAL


Una mano atravesó mi pecho,



cruzó la tierra,

fundió el dolor,

partió mi canto lírico

en cuatro versos negros.





Jugó mi niña

una rayuela de cristal.

Ganó su suerte:

“el cielo”

y apostando una moneda

abrió sus manos

para encontrar de nuevo

un diamante de ilusión.



Bajó una estrella

a mis ojos apagados.

Brilló otro día

y la sorpresa de la luz

se acostumbró al milagro.













UNION HISPANOAMERICANA DE ESCRITORES

2 comentarios:

lichazul dijo...

es precioso Bea querida, un poema sin desperdicio, sin imagenes recargadas, FELICITACIONES

me ha gustado mucho mucho
besitos besitos de luz

Fresas dijo...

Beatriz.,
Felicidades por tu blog.

buenas tardes!

fresas