Bienvenido

20 jul 2008

¡Dilo! Si te atreves...

¡Dilo! Si te atreves
Di que en las mañanas del otoño,
no respirabas hojas de ternura.
Di que las paredes de la alcoba,
nunca gimieron con tu amor y el mío.

Dilo,
si te atreves.
Si te acuerdas de tus vientos sudorosos.
¡Dilo!

Di que tu membrana subterránea,
no se escondía en mis fiestas húmedas.
Di que en el oleaje de mi océano,
no te perdías coronando cimas.

Dilo,
si te atreves.
Si te acuerdas de la lumbre de mis pechos.
¡Dilo!

Di que no sembraste en mi plantío,
una semilla de llamaradas lilas.
Di que tu cascada irrespetuosa,
no se entregaba a mi miel de lirio.

Dilo,
si te atreves.
¡ Dilo!
Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados.










A los que viven en las sombras

Aquellos que viven en las sombras…


Amada maestra conversa te dejo mi historia completa.
Nací de la pródiga tierra, viví entre luz y tinieblas.
Bebí de la fuente del verso el verbo que aflora universo.
Soñé con ancianos sin sueño, que siempre reviven perdón.

Dejé mi canasta de aromas envuelta en sencillas palabras,
soy huésped del sitio perpetuo me animo a salir de la noche
.

Confieso que soy indulgente y tengo poderes de mago,
auguro tu egregia valencia, te afirmo que eres promesa.
Te doy mi camino de sello, te muestro mi mano de seda,
comienza con siete palabras y tienes poema de estrellas.

,
No esperes que yo te las diga, están en tu libro sagrado
escritas con hilos de oro resurgen de tiempos lejanos.
Por ello te pido princesa, que lleves tu verbo magnánimo
y digas al mundo que sienta las perlas que estás desgranando.

“No temas si pocos te leen, algunos no pueden hacerlo,
están atrapados en egos, que ríen su trampa veneno.”

Pareces un hada de hierro, no veo las huellas del tiempo
tu gama de bienes despiertos serán un regreso de Orfeo.
Con siete palabras de esencia, podrás componer una obra
Comprende mi muestra de pliegos, resurge la siesta esperanza.

Designa la puerta con nombre, respalda tu sabia mansarda;
cruzando los muelles del ruego, harás una huella en tu prado.
Recurre a las siete palabras, enigma de bellas parábolas,
con ellas tendrás suficiente si llevas contigo tu barca.

No anuncies tu manta de ensueño, no expliques lo siempre esperado
contrasta con tiempos eternos la aurora de aquellos que avanzan.

Ahora te dejo mi vientre regado de historias del alma
espera mi hueste creciente y abre tu templo sagrado.
Ya surgen los hombres valientes atentos al grito del Padre
pronuncia las siete palabras escribe tu Himno de Amparo

No esperes del hombre mediocre, aplausos al verbo centrado
es obra de aquellos que duermen, rasgar lo que algunos crearon.

Poderes que fluyen ardientes te van conduciendo a la cumbre;
no importa quien es tu verdugo, quien quiere quebrarte en tu vuelo.
Es tiempo de “ver” sin los ojos el viento de amor que se acerca
aquellos que viven en sombras caerán en las garras del “VIEJO”


Te doy mi versión de los hechos, te enciendo una chispa en tu verbo
no tengas un nido perenne recorre el sendero del vuelo.

La añeja desnuda de alma se luce en corrales pequeños.
Acerca tu esencia de estrella, reluce en tu nívea paloma
sagrario de aquellos que viven, en paz, en justicia y ascenso.



Copyright © Beatriz
OjedaDerechos reservados.










17 jul 2008

Dame una novhe eterna


Dame una noche eterna


Provoca mis deseos con tus ansias,
dibújame mi cuerpo con tus labios,
pinta mis colinas con tus manos,
diseña para mi una noche mágica,
descubre en mis secretos
el hueco de mis ansias.

Explora mis espacios atrevidos
cúbreme con tu cuerpo torbellino,
has que la noche tiemble en mis entrañas,
que la tierra se excite desde abajo,
que las estrellas desplieguen sus destellos
y el cielo resplandezca de lujuria.

Dame una noche eterna entre tus brazos,
lleva mi sangre roja al holocausto,
puebla mi ser supremo con tu riego,
desnúdame en tu vuelo
descubre entre mis vientos huracanes.

Has que la tierra y el cielo se disfracen
para sentir como huelen los abrazos,
los gemidos de incendios expandidos
volviendo de la muerte hacia la vida,
renaciendo en tu cuerpo,
reviviendo en el mío.
Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados.








16 jul 2008

Un hueco enamorado

Si no te encuentro en corto plazo
morirá mi corazón desierto.
Un hueco enamorado,
silencioso,
está esperando un latido ajeno.

Con mil burbujas cristalinas,
sorprendo mis mañanas,
entretengo mi mirada,
recojo mi sonrisa,
oculto mis suspiros,
dibujando una máscara de piedra.

Miedo, miedo añejo…
Oculto en mis arterias grises,
transita sin permiso,
a veces exigiendo
mi soledad de encierro.

Alma de mi alma,
si te encuentro
en la esquina de mi otoño,
cortaré con mi espada
cada gota de miedo que me aterra
.
Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados






Ventana de mil Ojos

Ventana de mil ojos….
entregas tu mirada a los que esperan,
a los que ven la luz desde tu espalda,
a los que tienen hambre de presencias.

Recortada en la faz del infinito
memorizas historias de romance,
con tus pálidas alas cristalinas,
encuentras las pasiones atrapadas.

Ves con tus ojos libres,
la tristeza, la espera, la nostalgia,
la noctámbula luna que persigue,
enamorados confesos o secretos.

Miras la ternura de ojos niños
la lluviosa mirada de una madre,
la costumbrista hora del sereno
la progresista hora del audaz.

Distingues la primera luz de la mañana
despertando los sueños de la noche.
Lloras sin lágrimas las pérdidas que ruedan
y ríes con la voz de un nuevo reto.

Te veo construida en las estrellas
en la nube que viaja sin frontera
en la montaña bruja que te hechiza
en la cálida casa de los cedros.

Ventana de mil ojos
abierta para excéntricos
visionarios, emisarios,
cerrada para solos,
temerosos,
arrugados.

Ventana enamorada de los céfiros,
aplaudo tu presencia ante el excelso,
instalo la libertad entre tus labios
avivada por los guiones de los sabios.
Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados