Déjame descubrir tu amor
en cada parche indiferente de tu alma
en cada luna agujereada
en cada sol entristecido
en cada mar desalentado.
Déjame encontrar tu aroma
en tus mareas tumultuosas
en tus idas y venidas
en tus miedos despertados
en tus anuncios eclipsados.
Déjame ser tu investidura
tu enjambre de ilusiones
tu playa de inquietudes
tu voz de margarita deshojada
tu miel nocturna adormecida.
Déjame salir a tu ventana
consagrarme en tu pliego de azucenas
abrirme a tu estampida
desesperarme en tu niebla
crecer en ti como un llamado
de sirenas alertas.
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