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14 jun 2008

CODICIA

- Codicia


Intuyo tu contienda
cabrío macho de macabras obras
Paralelo al infierno el luciente velo
protege la milenaria estirpe
del veneno de la furiosa cobra
Convidada al pacto
la inmunda garra del mezquino anciano
recluta sus soldados
entre los siervos descuidados
Serpenteando el camino
la codiciosa plaga de sobornos
hechiza los bolsillos de los hombres.
Gira la ruleta de los Dioses
y roza con su halo
la avaricia del ego que se engorda
entregado al placer de la soberbia
Bocanadas de estiércol
se esparcen por el aire
cayendo
sobre la triste faz de los sin nada

Los poderosos gimen


Los poderosos gimen


Simulando idilios
los infelices escuchan los arpegios,
de una sonata absurda.
Sopla el viento huracanes de dominio.
Pertrechados en los fuertes
los poderosos gimen.
Lloran el miedo eterno
detenido en su garganta fría.
El grito de espanto de su espejo
los congela
como vidriosa estatua.

Calma de un día
el sudor respira.

Los poderoso gimen.
Simulando idilios
los infelices derriten las estatuas
con sonata absurda.

Deshojando paraísos


Agoniza la ciudad

Muerto el plazo y el sol
se apaga el rugido del león en la frontera.
Comenzando la orgía del silencio
todos caminan
pretendiendo encontrar en el futuro
una luz que no hable de la espera.
Cuadro azul de ignominias compartidas
juega el viento de ayer
y no perdura
la silente bondad del equilibrio.
Todos caminan dibujados
sin rumbo
deshojando paraísos.

Mascarada


Mascarada

Mascarada en puerta
unida a los vientos
llega una rapsodia
de viejos sedientos.
Magos del presagio
destruyen los hierros
de la estrangulada
torre de los sueños.
Se han muerto los presos
de todas las cárceles
se quedaron sordos todos los poetas
y nadie se entiende
porque ya no hay eco.
Palabras de miedo perdieron su nervio
la avaricia teje su apuesta de engaños.
No vive la luna
el sol está ciego
y todos caminan por ningún sendero.

Cerradas almas silenciosas

Acuarela de historias

Laureado cetro en tu universo
te concede la gloria
de incontables momentos de amaneceres rubios.
Ángeles de miradas claras
te buscan entre la negra noche
iluminando con linternas plata
el sendero que consideran cierto.
Brinda tu acuarela de ilusiones
a la mirada atenta de los hombres
los que buscan con humildad la fuente
de riqueza de siembra en su horizonte.
Posa tu mano de templanza
en la afiebrada frente de tu hermano.
Libera con tu fe
la espesa niebla que se esconde,
en las cerradas almas silenciosas.