Pasan mis inviernos
marchitándome con azules mariposas
Egocéntricos escarchados raptores
se han llevado mis entrañas
y subsiste un esqueleto con jirones de mi cuerpo.
Gélidos mutantes se reportan ante mí
para verme sonreír con cuatro dientes.
Esa parte de la vida se ha quedado en la memoria
incitándome a mirarla de reojo
y no sé qué es realidad
o soy la renta
de la alterada perspectiva de mi misma.
Permaneciendo sumergida en este pozo,
pierdo la identidad,
me regodeo en el silencio y me pregunto,
cuándo auxilia la indiscutible realidad
o quizás esta vez, está de viaje.