Bienvenido

7 abr 2020



MURIENDO DE PENA Y LLANTO


Mi corazón confundido
busca luz en la alborada
un agujero dolido
crece contando sus ansias.

La aurora lleva en su alma
caparazón de nostalgias
escrito está en su libreto
el amor que nunca canta.

La noche fría de escarcha
apenitas se levanta
tiene en sus huesos roídos
toda la angustia de mi alma.

¿Cómo haré para olvidarte
si tengo tus ojos negros
incrustados en mi pecho
bordados con seda blanca?

¿Qué haré si tengo en mis manos
la fragancia de tus senos
quemándome como brasa
a pesar de la distancia?

¿Por qué te fuiste una noche
sin esperar mis abrazos
dejaste mi corazón
sin sangre que lo animara?

Soy un fantasma buscando
tus ojos negros avaros
dime amada dónde has ido
que muero de pena y llanto.

Beatriz Ojeda
Derechos Reservados

El universo observa con los ojos cansados



El universo observa con los ojos cansados


Cae sobre la tierra la sombra de las mañas
del codicioso humano
ese que no renuncia al poder desquiciado.

La lluvia de verano solloza entre las sábanas
de la trillada historia vestida de artimañas.
Se ha sellado la puerta de la oportunidad
Blasfemias y maltratos descienden sobre el arco
de los soles ahumados.

El universo asqueado envió a sus soldados
munidos de sustancias plagadas de gusanos.
Asedia la miseria los pueblos asustados.
El silencio se hospeda en el pretil del antro.
Está rota la esencia de los que mutilaron
el planeta que observa con los ojos cansados.

Tiembla la espera
roza su pena
la espina que se empeña
en lastimar el alma de aquellos que forjaron
la depresión del canto.

La tormenta retoza en todas las moradas.
Aumenta la punzada de la cuchilla alzada
y la pandemia arrasa
destruye
enferma
mata.
Estamos atrapados
sorprendidos
turbados.
La risa se ha dormido en la cueva del alma.

Hay monstruos instalados en su trono profano
esgrimiendo su sable como dioses labrados.
Solo habita en su esencia el cálculo dictado
por la horda maldita de los necios villanos.

Una guerra siniestra sin misiles ni bombas
una guerra penetra
silenciosa
en las extremidades del tiempo devastado.

Quizás después del duelo que detona
en las turbias estrecheces hediondas
algunos puedan ver una luz solidaria.
Quizás quien sobreviva revisará sus actos
y fundará su esencia con nuevos paradigmas.



Beatriz Ojeda Derechos Reservados

9 feb 2019



¿Dónde estoy y quién soy?

A la piedra perdida no le duele la muerte
el no sentir dolor la hace omnipotente
y se queda dormida esperando el oriente.

Si el dolor de estar vivo, confundido, impotente
se mudara a la fuente de los ciegos espectros
todo cierto sería un fraude purulento.

Si reír es un verbo de cuatro letras vivas
y morir es un verbo de cinco letras muertas
cuál verdad es morir si reír es un cuento.

Levantarse y reír en este mundo incierto
saludar al paseante que puede ser un muerto
es la gran ceremonia que afirma lo hipotético

Loca estoy en mi rueda que circula sin pena
es amor o es dolor lo que vive en mi centro
si no se dónde está la puerta del acierto

El infierno es auténtico calor para los huesos
el edén no nos dice que placer nos espera
¿Dónde está la verdad de la vida presente
o es la muerte la suerte de la vida que miente?


Y me espera la nieve que recorre la esencia
revelando temblores en mi alma aturdida
Dónde estoy y quién soy me pregunto perpleja
convulsiones burlonas estremecen mi cuerpo.


Beatriz Ojeda
Derechos Reservados



CON LOS OJOS TEÑIDOS

Eres el sol del mediodía cuando me miras
en las mañanas tentadoras
gardenias y jacintos realzan sus aromas
reflejando tu amor que sólo vierte
elixires repletos de eufonía.

y yo te observo silenciosa
con mis ojos de río desbocado
mis ojos que degluten placenteros
tu imagen de jovial aventurero
tu irreverente e intensa sinfonía
invade los sentidos de la vida
y la vuelve un enjambre de ternura
que recama en mis brazos
regalándome el cielo
que llega hasta mi alma con canto de jilgueros.

Ya no importan los años que he vivido
subida a mi vieja soledad.
Un minuto contigo es un tiempo infinito
un abrazo  
 un cortejo de palomas eternas
y un beso tiene el fuego de todos los incendios.
Y el silencio amoroso
nos envuelve
 con sus alas de seda
y nos deja mirarnos con los ojos teñidos
de todas las palabras y todos los deseos.


beatriz ojeda derechos de autor









¿Por qué la vida?

Por qué la vida me arrebata su ofrenda 
me desangra las venas
me saquea los huesos
me atormenta la sangre
me sofoca el aliento.

Por qué la vida me arrincona en la esquina 
balancea sus trampas
desenvaina su espada
rozagante bromea
licenciosa corrompe.

Por qué la vida me atosiga de besos
intoxica mis ansias
acosa mi cordura
fustiga mis deseos
agita mi colmena.

Por qué la vida me retuerce los brazos
me invalida el abrazo
me tortura sin plazo
me mutila las alas
y me suelda a este fango.

Por qué la luz no se apiada un instante
y acaricia mi rostro
con sus manos de seda
y me muestra un momento
el brillar de una estrella.

Beatriz Ojeda   Derechos de Autor