Tú te morías …por no estar viva
Salías a saltar los charcos grises, con tu pollera despojada de milagros.
Salías a la aventura de lo incierto, porque la vida te llevaba a descubrirte, en otros planos, en otros tiempos.
Y descubrías que las sombras de los duendes, te proyectaban a la cúspide del cielo.
Salías a saltar los charcos grises, con tu pollera despojada de milagros.
Salías a la aventura de lo incierto, porque la vida te llevaba a descubrirte, en otros planos, en otros tiempos.
Y descubrías que las sombras de los duendes, te proyectaban a la cúspide del cielo.
Y te reías... con esa extraña luz de mariposa, que se mentía, porque tu burla de expansiones, te laceraba.
Sola y perdida te introducías en la lluvia, que gota a gota derretía tu armadura.
Y por las noches, en tu ventana, le preguntabas a la luna por tu risa, la verdadera, la que se expande en los pasillos de lo auténtico.
Y te perdías, desdibujada por la niebla, que no perdona, al que se hiere con el engaño de su sombra.
Y los fantasmas de la ira se asomaban, por las rendijas de tus ojos amarillos.
Te descubrían en tu trampa alucinada, porque sabían, que no tenías... la primavera traspasando tu esperanza.
Estabas sola y con la brisa de los puentes...tú te morías... por no estar viva.
Cuando la niña de los pétalos helados, te convirtió en una estatua capturada, ya no pudiste recobrar tu historia breve, porque moriste, con tu desdicha.
Sola y perdida te introducías en la lluvia, que gota a gota derretía tu armadura.
Y por las noches, en tu ventana, le preguntabas a la luna por tu risa, la verdadera, la que se expande en los pasillos de lo auténtico.
Y te perdías, desdibujada por la niebla, que no perdona, al que se hiere con el engaño de su sombra.
Y los fantasmas de la ira se asomaban, por las rendijas de tus ojos amarillos.
Te descubrían en tu trampa alucinada, porque sabían, que no tenías... la primavera traspasando tu esperanza.
Estabas sola y con la brisa de los puentes...tú te morías... por no estar viva.
Cuando la niña de los pétalos helados, te convirtió en una estatua capturada, ya no pudiste recobrar tu historia breve, porque moriste, con tu desdicha.
5 comentarios:
asi es
quien no vive su día a día
sólo muere definitivamente
un abracito de paz
Beatriz, agradezco tu comentario en mi poema "Amada Otoñal". Vine a visitarte a esta casa de poesía y he tenido un grato encuentro con versos refrescantes en su originalidad- que agradable es sentir como las palabras sembradas con habilidad de jardinero, germinan entre oraciones con una belleza renovada- muy buen poema.
Saludos para ti y para mi amiga Elisa, que veo ha dejado sus semillas por aquí.
Mauro
Bellímo y profundo poema.¡¡Enhorabuena, amiga!!
Besitos
Angy
El título en sí ya es un poema.
Felicidades.
me ha encantado pasar por aqui, es un lujo tu blog, muchas felicidades
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