Egregia, etérea, altiva, consagrada,
así se muestra nuestra alma,
cuando estamos ensayando la victoria,
de subir hasta el último peldaño,
sin que sangren las rodillas.
Lleva tiempo ascender esa escalera,
hay obstáculos agudos traicioneros,
hospedándose en el único lugar,
que permite franquear otra barrera.
No recuerden los fracasos pordioseros,
son fantasmas que pregonan su regreso,
sin saber que son una gran rueda,
que nos lleva a vencer en las contiendas.
3 comentarios:
muy reflexivo tu escrito.
un beso
que los fracasos no nos detengan..que sepamos aprender de ellos para que nuestros pasos hacia la victoriaa sean firmeess y serenosss..
lujito leertee amigalmaaa...!!
mi cariñoo entregado en manoooooooo..!!
MUCHAS GRACIAS QUERIDO GOGO.
LA LUCHA DIARIA POR ELEVARNOS ES UNA OBLIGACIÓN PARA LOS QUE CREEMOS EN EL AMOR INCONDICIONAL
MIL BESOS
Publicar un comentario