
26 jun 2008
Princesa pálida destilando frío
Estás ahí dormida como un ángel
princesa pálida destilando frío
quietud de estatua tu presencia frágil
yaciendo tu figura sobre el mármol.
Bella como una luz que se desborda
rodeada de brillantes luces velas
juegan las llamas en tus mejillas pétreas
esperando despertar tu alma quieta.
¿Quién te ha llevado en sus alas esta tarde?
En tus anhelos una espera se ha quedado
se han derramado los ríos de las torres
y los glaciares lloran por tu noche.
Cubro tus manos frías con las mías
intentando calentar tu piel de seda
no renuncio a tus ojos verdemar
ni a tu boca ambiciosa de mis besos.
He perfumado la sala con lavanda
el Aleluya de Haendel se deleita
luces de invierno se posan en tu frente
iluminando tu aura de silencio.
Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados.
Te doy mi corazón hecho pedazos
para que tú lo amases con tus sueños
le des una mansión en su camino
para que habite un tiempo sin desvelos.
Te doy mi corazón hecho pedazos
para que tú lo sanes con tus besos
los unas parte a parte con tus manos
tus manos repletas de Universo.
Te encomiendo una misión sin término
una verdad, una canción de ensueño.
Dejo en tu cuerpo de siembra sin medida
una esperanza de renovar mi vida.
Con todo lo que soy y lo que he sido
estoy en tu camino de ilusiones.
Convengamos una estación perpetua
una mirada una sonrisa, un ruego.
Amándonos con versos de deseos
contaremos los días como glorias
iluminando estrellas en el cielo
haremos que la luz deje la sombra.
Copyright © Beatriz Ojeda
para que tú lo amases con tus sueños
le des una mansión en su camino
para que habite un tiempo sin desvelos.
Te doy mi corazón hecho pedazos
para que tú lo sanes con tus besos
los unas parte a parte con tus manos
tus manos repletas de Universo.
Te encomiendo una misión sin término
una verdad, una canción de ensueño.
Dejo en tu cuerpo de siembra sin medida
una esperanza de renovar mi vida.
Con todo lo que soy y lo que he sido
estoy en tu camino de ilusiones.
Convengamos una estación perpetua
una mirada una sonrisa, un ruego.
Amándonos con versos de deseos
contaremos los días como glorias
iluminando estrellas en el cielo
haremos que la luz deje la sombra.
Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados.
14 jun 2008
HUELLAS
Tiene la huella de tantos años
éste, mi rostro que estoy mirando.
Desde mis días de piel muy tersa
pasan los años por el espejo.
Pasa la niña, pasa la joven
la mujer madre, la mujer sola.
Cada momento deja su huella
queda grabada en el espejo.
Una arruguita entre mis cejas
dicen que algo no me contenta.
Pasa la amante con esperanza,
esa ya tiene mucho más tiempo,
los ojos dulces, el aire alegre
aunque una línea marque su frente.
Todos son signos de sus vivencias
no quitaría ninguna de ellas.
Esta es la vida que nos trasciende
si no vivimos, no quedan huellas.
Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados.
la virgen olvidada
LA VIRGEN OLVIDADA
Escucha tu corazón,
en la marea del río está flotando una flor,
gigantesca, soberana, signo de luz implorando
que los hombres le permitan instalar esencias nardos.
Ilusionada en el juego de la señora nostalgia,
se muestra todos los días como princesa de antaño.
No siempre lleva el vestido que corresponde a su gracia,
a veces la tienen sólo, con su desnudez harapo.
Queda su pecho florido estremecido de llanto
y sus pies se le han dormido de tanto cantar su pánico.
Nunca se ha escrito una glosa de embajadores caballos,
en su camino de plata los mismos pasan volando.
Nadie detiene su paso para mirar sus ojazos
asombro de pájaro invierno asoman a sus ventanas.
Nadie ha visto en su garganta como brillan los diamantes,
palabras verbo sagrado de una virgen olvidada.
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