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9 may 2008

El alba


EL ALBA

Es el alba
que ahuyenta mis tinieblas.
Es el alba
que despierta mi morada.
Mi despertar en madrugadas frías,
con manos entibiándome lo pechos,
con labios envolviéndome en suspiros
y brazos que acurrucan mi ternura.

Mi mano se ha esfumado en tu cabello
y mis trémulos párpados atrapan tu sonrisa
que despierta en mi alma tempestades,
mis rojas delirantes tempestades.

Mi vertiente de amor se ha desatado
y se rompe en tu ola embravecida
que me vence regando los espacios
mis espacios de vida contenida.
-PASIONES

Para que me cuentes
entre tus pasiones
tengo que lanzarme
a tu sangre roja.

Cuando tú me miras
te tengo conmigo
me lo dice el viento
me lo cuenta el día.

Las llamas eternas
que tienes contigo
se acercan ardientes
a encender mi olvido.

Me quedo indefensa
ante tus urgencias
me quemo en tu fuego
me muero en tu riego.
Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados.

Puerta sin conciencia

PUERTA ABIERTA

Puerta sin conciencia
prematura presencia de temores.
Turbia espesura de emociones trágicas
dificulta un nuevo reto.
Tristeza unida a la tristeza
desespera de la suma de los llantos,
cayendo sobre la tierra pródiga
lágrimas tibias, derramando
ilusiones de momentos esperados.
Yo inmortalizo el canto ruiseñor
en la cadena de sueños comenzados.
Es momento de surgir de los ensayos
concibiendo con presencia,
la prístina luz de la primera letra..
Puerta abierta a la escritura de los sabios
la mirada escrutando la piedra,
nacida en los cimientos,
para crear la vida, la existencia perdida ,
resurgiendo desde la tierra siembra,
aspirando elevarse hasta la cumbre.
Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados.
SON TODOS O NINGUNO


En mi sonrisa blanca de premura
se desliza la bruma de mi canto.
Se derrama en la virtud de mi constancia
la protesta sinuosa de los muertos.

Salgo desde la oscura tierra desventura
autorizo mi verdad a ciegas.
Vengando los pobres enterrados,
vivos o muertos en su silencio absorto.

Grita la profunda huella
herida por los cascos de los moros,
sombra tenebrosa que se esconde,
renunciando a pronunciar palabra.

Cae la noche azul sobre la siembra,
trigales rubios elevados hacia el cielo,
se esfuman en la voz de las semillas,
gérmenes de verdad en claros soles.

Saltan augustas las almas desnudadas
de frío, de llanto, de soledad primera.
Resurgen de la fiesta de ilusiones
en cada espiga de oro que destella.

Mira con tu ojo de centella
como se mecen las plantas esta noche
y en la mañana el sol las ilumina
como un violín tocando melodías
eternas, sublimes, sin un nombre.

Son todos o ninguno los que oyen
escribiendo sus verdades inconfesas.
Habrá un momento de glorioso himno
en que la tierra despierte las bondades
misericordia de una vieja sabia
piadosa en su esencia majestuosa.

Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados.

Ellos caminan.


Inmolados,
mis sueños,
viajan por el sendero del olvido.
Solos van con el silencio
de los muertos vivos
los que deambulan como espectros
con su sombra helada.
Huellas de su pasar
subsisten entre las hojas
que los conserva en suspenso,
hasta el regreso de la nueva vida.
Luz oscura y ácida transita por mis venas
sedienta de azul paz y verde mar
de sol y amor en horas doloridas.
Con pesar y tiempo incomprendido
como visiones de la noche.
Ellos caminan.
 
 
 
Copyright © Beatriz Ojeda
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