Bienvenido

29 jul 2008

El grito del silencio

Ante los tiempos desangrados de la historia,
se han derramado los vientres de la tierra.
Se han cruzado los pedales de los cuentos
para salir a recorrer los paraninfos.

Se detuvieron los relojes de los vivos
y se ajustaron los relojes de los muertos,
porque se han vuelto diferentes los presentes.

Se han visto abiertos los antojos macilentos,
desenterraron los poetas los libretos
y recordaron que los puestos de siniestros
se detonaron con el grito del silencio.

Se detonaron los silencios con tu verso.
Acribillados los presentes angustiados
han desarmado los países que se yerguen
ante la luz de los aromas libertarios.

Aquí te dejo con tu pluma oxigenada
para que grites tus ponencias alumbradas
y si te unes a la urbe de los buenos
serás uno, más uno gigantesco.

Y serán unos los sumado más los otros,
serán simiente de pasión embravecida
que se reporta ante el zaguán del poderoso,
Maestro azul que persevera tras su hoja.

Copyright © Beatriz Ojeda

Derechos reservados.















27 jul 2008

Me estás poblando



Me estás poblando con tu miel
cada rescoldo,
cada península preñada,
cada risco,
cada montaña de mi vida.
Me estás poblando con tus besos
cada heredad de mi santuario,
cada minuto inesperado,
cada uno,
cada quien,
cada secuestro deshonesto,
cada mañana atormentada,
cada una,
cada quien,
Me estás poblando con tu río
con tu mirada desdoblada
con tu ser,
con tu estar,
con tu cascada serpentina,
con tu melífera sagrada,
contigo,
conmigo,
con nosotros.
Con los soleros del otoño
con las mordidas de serpiente
con las alas,
con las gaviotas despeñadas,
me estás poblando.
Y yo me habito en tu jornada
plena de pueblo reservado,
plena,
como tú,
de silenciosa eternidad
buscada,
en los resortes de mis quiero,
en los ajustes de tus puedo.
Me estás poblando.
Me das,
me llevas,
me iluminas,
me castigas,
me congelas las entrañas
con tus desplantes
y descendiendo a los infiernos,
los mil infiernos,
me derrito,
me disuelvo,
en ti,
en tu desvelo,
en mi,
en somos uno convertidos
en dos,
en uno solo derretidos
en siete infiernos,
los siete infiernos,
los siete infiernos prometidos,
divididos ,
entrenados,
magullados
calcinados.
Hemos nacido al otro lado,
al otro lado del camino,
hemos vivido,
hemos surgido al fin
resucitados del olvido.
Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados.









20 jul 2008

Yo te pido una galaxia

Yo te pido tu caballo
Yo te pido una galaxia
donde encontrar mil estrellas,
para jugar en la noche
con los ojos del lucero.

Yo te daré mi Afrodita
mi manjar de aventurera
y mi gozo de intervalos
harán un patio tu espera.

Yo te pido una marea
de entradas al universo
lameré tu miel de oro
con la espuma del océano.

Yo te daré mi asonada
de juguetones accesos
y tendrás una guirnalda
de soberano perpetuo.

Yo te pido tu caballo
fuego de sol y cometas
para que cruces mi prado
con licencia de rapsoda.

Yo te daré una alborada
de mil gritos de deseo
y subida a tu caballo
dominaré tus guerreros

Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados.








¡Dilo! Si te atreves...

¡Dilo! Si te atreves
Di que en las mañanas del otoño,
no respirabas hojas de ternura.
Di que las paredes de la alcoba,
nunca gimieron con tu amor y el mío.

Dilo,
si te atreves.
Si te acuerdas de tus vientos sudorosos.
¡Dilo!

Di que tu membrana subterránea,
no se escondía en mis fiestas húmedas.
Di que en el oleaje de mi océano,
no te perdías coronando cimas.

Dilo,
si te atreves.
Si te acuerdas de la lumbre de mis pechos.
¡Dilo!

Di que no sembraste en mi plantío,
una semilla de llamaradas lilas.
Di que tu cascada irrespetuosa,
no se entregaba a mi miel de lirio.

Dilo,
si te atreves.
¡ Dilo!
Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados.










A los que viven en las sombras

Aquellos que viven en las sombras…


Amada maestra conversa te dejo mi historia completa.
Nací de la pródiga tierra, viví entre luz y tinieblas.
Bebí de la fuente del verso el verbo que aflora universo.
Soñé con ancianos sin sueño, que siempre reviven perdón.

Dejé mi canasta de aromas envuelta en sencillas palabras,
soy huésped del sitio perpetuo me animo a salir de la noche
.

Confieso que soy indulgente y tengo poderes de mago,
auguro tu egregia valencia, te afirmo que eres promesa.
Te doy mi camino de sello, te muestro mi mano de seda,
comienza con siete palabras y tienes poema de estrellas.

,
No esperes que yo te las diga, están en tu libro sagrado
escritas con hilos de oro resurgen de tiempos lejanos.
Por ello te pido princesa, que lleves tu verbo magnánimo
y digas al mundo que sienta las perlas que estás desgranando.

“No temas si pocos te leen, algunos no pueden hacerlo,
están atrapados en egos, que ríen su trampa veneno.”

Pareces un hada de hierro, no veo las huellas del tiempo
tu gama de bienes despiertos serán un regreso de Orfeo.
Con siete palabras de esencia, podrás componer una obra
Comprende mi muestra de pliegos, resurge la siesta esperanza.

Designa la puerta con nombre, respalda tu sabia mansarda;
cruzando los muelles del ruego, harás una huella en tu prado.
Recurre a las siete palabras, enigma de bellas parábolas,
con ellas tendrás suficiente si llevas contigo tu barca.

No anuncies tu manta de ensueño, no expliques lo siempre esperado
contrasta con tiempos eternos la aurora de aquellos que avanzan.

Ahora te dejo mi vientre regado de historias del alma
espera mi hueste creciente y abre tu templo sagrado.
Ya surgen los hombres valientes atentos al grito del Padre
pronuncia las siete palabras escribe tu Himno de Amparo

No esperes del hombre mediocre, aplausos al verbo centrado
es obra de aquellos que duermen, rasgar lo que algunos crearon.

Poderes que fluyen ardientes te van conduciendo a la cumbre;
no importa quien es tu verdugo, quien quiere quebrarte en tu vuelo.
Es tiempo de “ver” sin los ojos el viento de amor que se acerca
aquellos que viven en sombras caerán en las garras del “VIEJO”


Te doy mi versión de los hechos, te enciendo una chispa en tu verbo
no tengas un nido perenne recorre el sendero del vuelo.

La añeja desnuda de alma se luce en corrales pequeños.
Acerca tu esencia de estrella, reluce en tu nívea paloma
sagrario de aquellos que viven, en paz, en justicia y ascenso.



Copyright © Beatriz
OjedaDerechos reservados.