Bienvenido

29 jul 2008

Cuarenta ladrones

Cansada de tanto recuento
está dormitando la hora,
está atormentando los tiempos
contando cuarenta ladrones.
Cuarenta ladrones de empeños.

Cuarenta si,
los que son marinos
los que tienen tierra
los que siembran trigos
los que viven.

Construyen mansiones plagiadas
paredes de astutas falacias,
derivan la sed de los perros
al borde del suelo sagrado.
Cuarenta ladrones de sueños
Cuarenta si,
los que saltan tapias
los que huelen peste
los que no se ríen
los que caen.

Se vienen perdiendo los cuentos
marchitos enjutos, ausentes.
están desbordando la tierra
los cuencos de ríos ajenos
Cuarenta ladrones de pueblos.

Cuarenta si,
los que son poderes
los que mueren ricos
los que viven solos
los que matan.

Copyright © Beatriz Ojeda

Derechos reservados.


Por que´temerle a la muerte?

¿Por qué?
Temerle a la muerte
cuando camina conmigo
y deletrea en mi oído
que mortal yo siempre he sido.

¿Por qué?
Temerle a la muerte
si tiene sus mano viva
extendida para darme
una sensual bienvenida.

Seductora e inquietante
como mujer que cautiva
está siempre entrecerrando
sus ojos de pasión ira.

Muerte del día y la noche
de los gritos y el silencio.
Muerte que escurre sus llantos
y se embeleza con ellos.

Tiene la suerte de andar
por los caminos del cielo
y también puede rondar
por la vereda sin miedo.

Yo tengo mi propia muerte
tú tienes la tuya propia.
No te la presto un instante
tiene el sello de mi obra.


“Yo tengo mi propia muerte
y no se la cedo a nadie”

Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados.







El grito del silencio

Ante los tiempos desangrados de la historia,
se han derramado los vientres de la tierra.
Se han cruzado los pedales de los cuentos
para salir a recorrer los paraninfos.

Se detuvieron los relojes de los vivos
y se ajustaron los relojes de los muertos,
porque se han vuelto diferentes los presentes.

Se han visto abiertos los antojos macilentos,
desenterraron los poetas los libretos
y recordaron que los puestos de siniestros
se detonaron con el grito del silencio.

Se detonaron los silencios con tu verso.
Acribillados los presentes angustiados
han desarmado los países que se yerguen
ante la luz de los aromas libertarios.

Aquí te dejo con tu pluma oxigenada
para que grites tus ponencias alumbradas
y si te unes a la urbe de los buenos
serás uno, más uno gigantesco.

Y serán unos los sumado más los otros,
serán simiente de pasión embravecida
que se reporta ante el zaguán del poderoso,
Maestro azul que persevera tras su hoja.

Copyright © Beatriz Ojeda

Derechos reservados.















27 jul 2008

Me estás poblando



Me estás poblando con tu miel
cada rescoldo,
cada península preñada,
cada risco,
cada montaña de mi vida.
Me estás poblando con tus besos
cada heredad de mi santuario,
cada minuto inesperado,
cada uno,
cada quien,
cada secuestro deshonesto,
cada mañana atormentada,
cada una,
cada quien,
Me estás poblando con tu río
con tu mirada desdoblada
con tu ser,
con tu estar,
con tu cascada serpentina,
con tu melífera sagrada,
contigo,
conmigo,
con nosotros.
Con los soleros del otoño
con las mordidas de serpiente
con las alas,
con las gaviotas despeñadas,
me estás poblando.
Y yo me habito en tu jornada
plena de pueblo reservado,
plena,
como tú,
de silenciosa eternidad
buscada,
en los resortes de mis quiero,
en los ajustes de tus puedo.
Me estás poblando.
Me das,
me llevas,
me iluminas,
me castigas,
me congelas las entrañas
con tus desplantes
y descendiendo a los infiernos,
los mil infiernos,
me derrito,
me disuelvo,
en ti,
en tu desvelo,
en mi,
en somos uno convertidos
en dos,
en uno solo derretidos
en siete infiernos,
los siete infiernos,
los siete infiernos prometidos,
divididos ,
entrenados,
magullados
calcinados.
Hemos nacido al otro lado,
al otro lado del camino,
hemos vivido,
hemos surgido al fin
resucitados del olvido.
Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados.









20 jul 2008

Yo te pido una galaxia

Yo te pido tu caballo
Yo te pido una galaxia
donde encontrar mil estrellas,
para jugar en la noche
con los ojos del lucero.

Yo te daré mi Afrodita
mi manjar de aventurera
y mi gozo de intervalos
harán un patio tu espera.

Yo te pido una marea
de entradas al universo
lameré tu miel de oro
con la espuma del océano.

Yo te daré mi asonada
de juguetones accesos
y tendrás una guirnalda
de soberano perpetuo.

Yo te pido tu caballo
fuego de sol y cometas
para que cruces mi prado
con licencia de rapsoda.

Yo te daré una alborada
de mil gritos de deseo
y subida a tu caballo
dominaré tus guerreros

Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados.