ERA OTRO
Buscando en el baúl,
de los sueños vividos,
encontré esta mañana
una flor que maldigo.
La del que fue tu amante
cuando estabas conmigo.
Volvías de la calle
plena de luz y vida,
la sonrisa perfecta,
la mirada lucida.
Y cuando te quedaste
una noche dormida,
volviste como en sueños
sembrada y florecida.
En tu vientre lucía,
una semilla tierna
prendida en esas noches
que esperabas ansiosa
y salías cantando
con aroma de rosas.
Era otro ese hombre
que te dio tu otra vida.
No eras tú, ni era yo,
era él que surgía
de tus juegos floridos
de tu amor sin medida.
Desde entonces no escucho,
no veo, no pregunto,
para que nadie sepa
que ese niño no es mío,
que esa flor entrañable
que habitó tus entrañas,
tiene nombre de otro,
no soy yo, no lo he sido.
Buscando en el baúl,
de los sueños vividos,
encontré esta mañana
una flor que maldigo.
La del que fue tu amante
cuando estabas conmigo.
Volvías de la calle
plena de luz y vida,
la sonrisa perfecta,
la mirada lucida.
Y cuando te quedaste
una noche dormida,
volviste como en sueños
sembrada y florecida.
En tu vientre lucía,
una semilla tierna
prendida en esas noches
que esperabas ansiosa
y salías cantando
con aroma de rosas.
Era otro ese hombre
que te dio tu otra vida.
No eras tú, ni era yo,
era él que surgía
de tus juegos floridos
de tu amor sin medida.
Desde entonces no escucho,
no veo, no pregunto,
para que nadie sepa
que ese niño no es mío,
que esa flor entrañable
que habitó tus entrañas,
tiene nombre de otro,
no soy yo, no lo he sido.
Copyright © Beatriz Ojeda
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