Dame tu mano de piedad
Si soy parásito de mi misma
y tengo mi mordaza puesta
Si soy una traición a mi medida
y abuso de mi sombra vieja
Si la mañana me esquiva la mirada
y la noche no quiere ser mi amante
si los recuerdos secuestrados me desprecian
y la vida se asusta en mi presencia
Si nada es o nada soy
y tengo hiel y miel entre mis labios
si soy lluvia y lava incandescente
y me he quemado hasta los huesos,
Si ya no tengo luz en mi corona
y he sido desterrada a las tinieblas
si desfilo por delante de las horas
intentando saber donde me llevan
Si los maderos arden en mi hoguera
si soy bien y mal al mismo tiempo
si no te encuentro en la casa augusta
si no tengo ojos para verte.
Dios! Dame tu mano de piedad
y abre mi celda huérfana de luz
Copyright © Beatriz Ojeda
Derechos reservados.
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